La singularidad tecnológica es un concepto que se discute desde los años 60. Se refiere a que llegará un momento en que la tecnología se desarrollará de manera tan rápida que los robots, ordenadores, máquinas, etc. serán capaces de mejorarse a sí mismos y de forma autónoma, llegando a desarrollar superordenadores o superrobots que serán muy superiores a nuestra capacidad intelectual y física y posiblemente se puedan escapar a nuestro control.
Las fases de un proceso de compra son siempre las mismas. Lo primero que se dispara es una necesidad, entendida como una carencia de algo que debe ser repuesto. Necesidades hay muchas y pueden ser satisfechas por muchos productos y servicios. La segunda fase en el proceso de compra es el deseo. Aquí el consumidor da un paso más. Toma la decisión de satisfacer esta necesidad. Se ha planteado recuperar el estado de equilibrio y compensar la carencia detectada. Por último, se produce la demanda, el pedido, la contratación del producto o servicio elegido, a una marca concreta y a un precio determinado.
La comunicación es fundamental para el empoderamiento personal y de los equipos. De la forma en que uno se comunica con uno mismo y con el entorno, trascienden los comportamientos y actitudes que se adoptan ante la vida. Entonces, ¿cómo poner el lenguaje a favor del líder con el fin de desarrollar más eficazmente sus habilidades en las empresas?
Ser proactivo es quitar la mesa después de comer sin que mamá tenga que recordarlo. Hay que coger el plato, tirar los restos a la basura, pasar un poco de agua y meter el plato en el lavavajillas; y repetir la operación con el vaso y los cubiertos. Después hay que recoger la jarra del agua, el pan y las servilletas. Es realmente sencillo y además es obvio que hay que hacerlo. Papá también puede recordarlo; para papá esa acción es ya ser un poco proactivo. Los padres tampoco son de los que se den mucha cuenta de que hay que recoger la mesa.