El servicio al cliente es un instrumento que otorga un gran valor y aporta una importante ventaja competitiva. Las empresas juegan con elementos como la marca, el diseño, el envase o la etiqueta, con la finalidad de incrementar el valor ofrecido al consumidor. Y dado que el valor obtenido por el consumidor se entiende como el beneficio de utilizar o consumir el producto o servicio ofrecido por una determinada compañía, está claro que ofrecer un valor superior que la competencia es una de las claves no solo para atraer y mantener la fidelidad de los clientes, sino para conseguir su lealtad.