En el mundo se registran miles de nuevas marcas cada día y todas ellas entregan productos o servicios de una calidad más que aceptable. Las marcas de cierta relevancia acceden a recursos muy similares. A la misma tecnología, al mismo talento, al mismo software y a todo lo que necesitan. Por lo tanto hacen las cosas bien o muy bien y tienen respaldo suficiente para merecer credibilidad. A estas alturas, pensar que tu competencia es un desastre y tu mereces más clientes porque eres “El mejor” es un grave error. Con todo mi cariño casi me atrevo a decirte: Dime de que presumes y te diré de que careces. Me gustaría que todos partamos des de la humildad y reconozcamos que no somos el ombligo del mundo.